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Descubriendo África: Safari enel valle del Rift

Comenzó a formarse hace unos 30 millones de años y sigue creciendo

Desde las tierras altas en el valle del Rift te adentrarás en la belleza evocadora y salvaje de “un país con colores que parecen grabados en cerámica”, como bien supo describir la escritora danesa Karen Blixen, autora de ‘Memorias de África’. Acompañado de un guía de habla hispana, recorrerás territorios que destilan la esencia más pura del continente sur, la reserva Masái Mara y el lago Naivasha, donde observar a los animales salvajes corretear por las enormes planicies moteadas de acacias tiene algo de edénico y ancestral. No en vano, aquí dio sus primeros pasos la Humanidad. 

La reserva que se extiende en torno al río Mara (en sus bancos Robert Redford le lavaba el pelo a Meryl Streep en la imborrable escena de la mencionada película) es un lugar privilegiado para observar los Big Five, las cinco bestias más temidas y anheladas por los antiguos cazadores: leones, elefantes, leopardos, búfalos y rinocerontes negros. El parque es también un punto excepcional para conocer las enormes avestruces, los parsimoniosos hipopótamos, las hienas moteadas y los flamencos casi fluorescentes. Peinarlo junto a avezados guías masái es un emocionante viaje en pos de los secretos del mundo animal.

Al lago Naivasha, el de las aguas agitadas, le rodea un pantano atiborrado de hipopótamos. Podrás atravesarlo en un cayuco que te conducirá hasta Crescent Island, un oasis plagado de herbívoros (apenas amenazados por depredadores, muy escasos en esta zona) y de primates como los colobos y los traviesos monos vervet. Es un edén para los amantes de la ornitología. Cigüeñas amarillas, cormoranes, pelícanos, águilas pescadoras, estorninos, abubillas… repostan junto a jirafas, cebras y antílopes.

Aterrizarás en Nairobi, “la ciudad verde al sol” según los lugareños, nacida como parada de trenes en la ruta británica de Uganda a Mombasa (el “lunatic express” lo apodaron los periódicos, a finales del siglo XIX). Hoy una urbe de más de cinco millones y medio de habitantes. Conviven muchos mundos en Nairobi: rascacielos de cristal, suntuosos chalets, fotogénicos hoteles boutiques, bistrós donde catar un filete de cocodrilo, mercados pintorescos, amplias avenidas, calles embarradas y suburbios caóticos llenos de esperanza y de miseria. Sin duda merece la pena que le dediques parte de tu tiempo a explorarla.

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